¿Tienes que sentarte en flor de loto para meditar bien? ¿Es válido meditar acostado? ¿Y si tu espalda no coopera? La meditación no es una pose perfecta, es una pausa imperfecta donde simplemente estás contigo.
Este blog es una guía accesible y humana sobre posturas para meditar que se adaptan a tu cuerpo, tu momento y tu energía.
¿Por qué la postura influye tanto al meditar?
La posición del cuerpo afecta directamente la calidad de tu atención. Si estás incómodo, tu mente se distrae. Pero si estás demasiado relajado, puedes quedarte dormido.
La clave está en encontrar una postura estable y cómoda, una donde puedas mantenerte presente sin rigidez ni esfuerzo excesivo.
Las 5 poses de meditación más prácticas (y reales)
1. Sentado en el suelo con piernas cruzadas
Es la clásica y funcional. Usa un cojín o bloque para elevar la cadera y evita que tus rodillas queden más altas que ella. Mantén la columna erguida sin tensión. Es una de las formas de meditar más estables.
2. Sentado en una silla (sí, se vale)
Ideal si estás empezando o si tienes molestias en caderas o rodillas. Siéntate sin recargarte del todo. Planta ambos pies en el suelo y mantén la espalda recta. Una posición para meditar completamente válida.
3. De rodillas con un banco o cojín (seiza)
Esta postura tradicional japonesa alinea bien la espalda y permite estabilidad sin cruzar las piernas. Puedes usar un pequeño banco de meditación o un zafu bajo los glúteos.

4. Meditar acostado (sí, también se puede)
Especialmente útil si estás muy cansado o con tensión corporal. Lo importante es evitar dormirte. Usa una manta delgada bajo la espalda y piernas ligeramente separadas. ¿Se puede meditar acostado? Claro. Pero hazlo con intención, no como si fueras a dormir.
5. Meditar en movimiento
¿Y si no puedes quedarte quieto? Caminar lentamente, mover las manos o incluso estirarte con respiración consciente puede ser tu forma de meditar. Lo importante es estar presente, no inmóvil.
Entonces… ¿cuál es la mejor posición para meditar?
La que te permite respirar con libertad, estar presente y no distraerte con el cuerpo.
No hay una única respuesta. Cambiarás de postura según tu energía, tus días, tus momentos. A veces estarás en una silla. A veces en el piso. A veces de pie con los ojos cerrados.
Lo importante es que no medites “para verte bien”, sino para sentirte mejor.
Consejos para encontrar tu postura ideal
- Usa soportes (cojines, mantas, bancos)
- No busques rigidez: busca estabilidad suave
- Mantén tu columna libre, no forzada
- Ajusta si duele: meditar no debe doler
- Recuerda: si estás incómodo, no estás fallando. Solo necesitas adaptar.
Integra la meditación a tu día con lo que ya tienes
No necesitas un set perfecto ni horas libres. Solo voluntad de parar unos minutos y hacer espacio para ti.
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